miércoles, 9 de junio de 2010

9.06

Los espacios se significan en la medida que se recorren o se viven. Mi cama aunque es la misma desde hace algo más de 25 años, evoca tanto recuerdos infantiles jugando en ella a construir un mega apartamento, como aquellos de amor añorado y vivido entre sus pliegues. Incluso, logran evocar los besos no dados y los sueños de amores platónicos que no se hicieron.

La universidad me es diferente...físicamente no es la misma en la que estudié arquitectura, pero aun así la añoraba a la distancia y procuraba acercarme a ella a través de sus espacios culturales. Se hizo algo real aunque igual ausente, cuando en ella recorrí por primera vez de la mano de alguien sus espacios y salones clandestinamente. Fue mía el día que desde mi casa constaté por internet que era ahora una estudiante de sus aulas, esta vez legalmente luego de un proceso de admisión.

Hoy evoca ausencia, la soledad ante la partida de un ser querido con quien ya no compartiré el sofá del tercer piso de la Biblioteca Central. Mañana, solo mañana sabré qué es este espacio capaz de hacerme sentir.

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